Con una larga historia en la lírica y el pop, la conocida profesora de voces, lanza su primer disco, pero un disco Swing.
Iñigo Día
A comienzos de los 90, antes de llegar al estrellato en el jazz, Claudia Acuña integró un olvidado coro televisivo del programa “Despedida de Soltero”. En el micrófono de la izquierda se ubicaba Ana María Meza. Y cantaban juntas apoyando al invitado de turno. Pero el futuro de Acuña estaría en los clubes de Nueva York, y el de Meza, en su escuela Projazz, donde impartió sus enseñanzas como cantante.
Fue Claudia quien recomendó a Ana María Meza adiestrarse con el que había sido su maestro, el pianista Moncho Romero. Y con él, esta noche Ana María Meza, dará su paso más importante en el canto cuando, a las 20:30 horas, lance, en el auditorio de la Telefónica (Providencia 111) su primer álbum como solista de jazz. Su nombre “Smile”. Su fondo más profundo, la dedicatoria a su hermana, la violinista concertino de la Orquesta Filarmónica Sara Meza, fallecida en enero.
“Smile” es un tema que parecía un poco bobo. Una tonada simple con una letra que habla de sonreír aun cuando uno esté triste. Ahora no puedo dejar de emocionarme cuando la canto, porque para mí, representa a mi hermana Sara, la persona que me impulsó a construir este trabajo musical.
Y agrega que debió transcurrir mucho tiempo antes de que llegara a transformarse en una cantante de jazz.
Primero estuvo ligada a la música docta y a la ópera -participó en versiones de “Aída”, “Macbeth”, y “Tosca” –, tal vez porque entre los miembros de su familia están, Tomás Lefever, tío suyo, y la violinista Celia Herrera, su madre, una de las intérpretes fundadoras de la Filarmónica. Paralelamente, Meza se transformó en figura emergente del pop adolescente, a través del programa “Viva mi Música” con Pepe Gallinato, derivando en el cuarteto vocal “Causa y Efecto”, encabezado por Jaime Atria, y luego como solista del grupo Disco Booggie,liderado por el guitarrista de Los Jockers, Sergio del Río. Pero de Jazz, hasta entonces, nada.
Standards Intervenidos
“Tendría unos 15 años cuando una tía me preguntó ¿conoces a Gershwing? Yo no tenía idea quien era. Entonces me tocó en el piano la melodía de “The Man I Love”, quedé maravillada con la belleza de una canción tan simple. Por eso, cuando en 1994 Claudia Acuña le presentó a Moncho Romero, su rumbo cambió definitivamente.
Aquel largo trabajo de repertorio con el pianista, hoy se traduce en “Smile”, una colección de diez standards jazzísticos intervenidos. Son temas que permiten a la cantante, desarrollar todas las técnicas vocales sobre las que ha profundizado en 20 años de estudio personal, y de enseñanza a sus alumnas de Projazz. Entre estas melodías hay una buena porción en el estilo vocalese: “Four” (Miles Davis), “Twisted”, (Wardell Grey) y baladas como Round Midnight (Thelonious Monk).
El “Scat” improvisacional es un desafío a futuro. Mi posición actual en el jazz es la interpretación vocal y el carácter de instrumento musical que tiene el cuerpo humano. Los huesos son la madera, las cuerdas vocales, el encordado y el diafragma, un gran parche rítmico. Con esos elementos se puede jugar mucho y pasarlo muy bien.
Es la hora de Ana María y su trío de soporte: Moncho Romero(piano), Pablo Menares (Contrabajo) y Andy Baeza (Batería)
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